domingo, 12 de enero de 2020

Rojo, blanco y sangre azul [Reseña]



Ficha técnica:
Título: Rojo, blanco y sangre azul.
Autora: Casey McQuiston.
Editorial: RBA.
Género: Romántica.


        «Alex Clarademont-Díaz, el hijo milenial de la presidenta de los Estados Unidos, es un tesoro para el marketing de la Casa Blanca: atractivo, carismático e inteligente. Lo que nadie sabe es que no soporta al príncipe Henry, el hijo de la reina de Inglaterra. Así que, cuando la prensa sensacionalista se hace con una fotografía que refleja un altercado entre Alex y Henry, las relaciones entre Estados Unidos y el Reino Unido se enfrían. Ambos países trazan un plan para paliar los daños. Lo que empieza como una falsa amistad, publicada en Instagram, se va transformando en algo más profundo de lo que Alex y Henry podrían haber imaginado.

¿PUEDE EL AMOR CAMBIAR EL MUNDO?»

Esta novela debut fue una de mis lecturas favoritas del 2019, quedando en el top 3 de lecturas actuales. Además de una lectura fluida y ligera y una trama interesante, esta historia tiene muchos otros puntos fuertes por los que merece la pena.
El primero sería sin duda el excelente manejo de la inclusividad que hace la autora. Hablar sobre diversidad en las historias siempre es vital, pero supone el desafío de lograr una representación correcta y no definitoria, que el papel de un determinado personaje no sea únicamente pertenecer a un colectivo. Rojo, blanco y sangre azul consigue exactamente eso con personajes como Álex (B), Henry (G) y Amy (LT).
Lejos de centrar su historia en su orientación sexual o su género, estos aspectos se presentan como una característica más de los personajes que suman a su identidad y no la limitan. Todos ejercen su papel en la novela como primer hijo, príncipe y guardaespaldas sin conceder más importancia de la necesaria a lo previamente dicho. Son personas usuales que viven su vida como cualquier otra.
Sin embargo, es importante decir que la traducción española a veces utiliza términos algo antiguos tales como «transexual» en lugar de «transgénero» que podrían ser revisados de cara a futuras ediciones.
Por otro lado, la inclusividad también se logra a través de Nora, un personaje con dificultades comunicativas que puede llegar a resultar incómodo debido a su reacción en ciertas escenas. El problema es que la aclaración sobre sus dificultades viene muy tarde en la historia cuando los lectores tal vez hayan dado ya su espalda al personaje, algo que se habría evitado de haberlas mencionado antes.
Temas igualmente importantes como la salud mental también encuentran su lugar en esta novela y, si bien cada vez son más frecuentes en la literatura, siempre es agradable ver cómo se está dejando de ver cosas como la depresión como algo tabú.
Otro punto a tratar sería la pertenencia de esta obra al new adult. Esta relativamente nueva etiqueta permite abordar problemas con una perspectiva y una profundidad diferente a las del young-adult. Si bien las problemáticas morales y existenciales no son extrañas a estas últimas novelas, la diferencia de edad entre los protagonistas supone un cambio bastante grande. Mientras que en una los adolescentes comienzan a percibir el mundo que los rodea y el sentido de la vida, en otra los adultos manejan una visión más completa de estas preguntas. ¿Significa esto que un tipo de novela es inferior a otra? Por supuesto que no, simplemente que su público es diferente.
Rojo, blanco y sangre azul plantea preguntas sobre nuestras raíces, la política y el futuro desde la perspectiva de personajes en la veintena, la mayoría universitarios, y sobre qué hacer con tu vida una vez comienzas a vivir de manera independiente. Estas cuestiones tan universales encontrarán sin duda su público entre aquellos lectores que se han criado con novelas juveniles y que, habiendo pasado la edad del público objetivo, empezaban a no sentirse tan conectados con ellas. 
No obstante, el punto fuerte de esta novela son sus personajes. Variados y complejos, se presentan en diferentes capas que se van descubriendo según avanza la novela. Álex, quien es presentado de primeras como una carismática celebrity superficial, evoluciona hacia un joven comprometido, reflexivo y valiente que se enfrenta a una profunda homofobia interiorizada. Henry, el reservado príncipe inglés de lengua afilada, se convierte en un emotivo joven presionado por la monarquía y con una necesidad asfixiante de ser libre. Varios son los momentos en los que los lectores podrán encariñarse con estos personajes y los demás y sentirse identificados por las diferentes vidas que llevan cada uno. 
Finalmente, es importante mencionar el efecto fanfic que tiene esta historia. Para aquellos que desconozcan el término, los fan fiction son escritos de fans sobre mundos ya inventados como Harry Potter o Los Juegos del Hambre. Este tipo de historias suelen tener algunos tópicos definidos que no siempre se veían en las historias publicadas por editoriales, pero actualmente cada vez más se está produciendo una contaminación que está mezclando ambas tendencias. Esto es indudablemente positivo porque supone una revitalización de la literatura con fórmulas nuevas e historias que antes sólo podían ser contadas en portales online. En lo que se refiere a esta novela en particular, resultan muy curiosos los paralelismos entre Henry y el actual duque de Sussex y seguramente los lectores se diviertan mucho encontrándolos. 
En conclusión, Rojo, blanco y sangre azul se posiciona en el mercado como una novela refrescante en muchos aspectos, divertida y entretenida. Ganadora en Goodreads de los premios de 2019 a la mejor novela romántica y mejor novela debut, estoy seguro de que muchos lectores disfrutarán entre sus páginas y encontrarán en ellas una de parte de sí mismos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Deja un comentario con tu opinión y hazme saber lo que piensas!