Ficha
técnica:
Título: Rojo, blanco y sangre azul.
Autora: Casey McQuiston.
Editorial: RBA.
Género: Romántica.
«Alex
Clarademont-Díaz, el hijo milenial de la presidenta de los Estados Unidos, es
un tesoro para el marketing de la Casa Blanca: atractivo, carismático e
inteligente. Lo que nadie sabe es que no soporta al príncipe Henry, el hijo de
la reina de Inglaterra. Así que, cuando la prensa sensacionalista se hace con
una fotografía que refleja un altercado entre Alex y Henry, las relaciones
entre Estados Unidos y el Reino Unido se enfrían. Ambos países trazan un plan
para paliar los daños. Lo que empieza como una falsa amistad, publicada en
Instagram, se va transformando en algo más profundo de lo que Alex y Henry
podrían haber imaginado.
¿PUEDE
EL AMOR CAMBIAR EL MUNDO?»
Esta novela debut fue una de mis lecturas favoritas del 2019, quedando
en el top 3 de lecturas actuales. Además de una lectura fluida y ligera y una
trama interesante, esta historia tiene muchos otros puntos fuertes por los que
merece la pena.
El primero sería sin duda el excelente manejo de la inclusividad que hace la autora. Hablar sobre diversidad en las
historias siempre es vital, pero supone el desafío de lograr una representación
correcta y no definitoria, que el papel de un determinado personaje no sea
únicamente pertenecer a un colectivo. Rojo,
blanco y sangre azul consigue exactamente eso con personajes como Álex (B),
Henry (G) y Amy (LT).
Lejos de centrar su historia en su orientación sexual o su género, estos
aspectos se presentan como una característica más de los personajes que suman a
su identidad y no la limitan. Todos ejercen su papel en la novela como primer
hijo, príncipe y guardaespaldas sin conceder más importancia de la necesaria a
lo previamente dicho. Son personas usuales que viven su vida como cualquier
otra.
Sin embargo, es importante decir que la traducción española a veces
utiliza términos algo antiguos tales como «transexual» en lugar de
«transgénero» que podrían ser revisados de cara a futuras ediciones.
Por otro lado, la inclusividad también se logra a través de Nora, un
personaje con dificultades comunicativas que puede llegar a resultar incómodo
debido a su reacción en ciertas escenas. El problema es que la aclaración sobre
sus dificultades viene muy tarde en la historia cuando los lectores tal vez
hayan dado ya su espalda al personaje, algo que se habría evitado de haberlas
mencionado antes.
Temas igualmente importantes como la salud mental también
encuentran su lugar en esta novela y, si bien cada vez son más frecuentes en la
literatura, siempre es agradable ver cómo se está dejando de ver cosas como la
depresión como algo tabú.
Otro punto a tratar sería la pertenencia de esta obra al new adult. Esta relativamente nueva etiqueta
permite abordar problemas con una perspectiva y una profundidad diferente a las
del young-adult. Si bien las problemáticas morales y existenciales no son
extrañas a estas últimas novelas, la diferencia de edad entre los protagonistas
supone un cambio bastante grande. Mientras que en una los adolescentes
comienzan a percibir el mundo que los rodea y el sentido de la vida, en otra
los adultos manejan una visión más completa de estas preguntas. ¿Significa esto
que un tipo de novela es inferior a otra? Por supuesto que no, simplemente que
su público es diferente.
Rojo,
blanco y sangre azul plantea preguntas sobre nuestras raíces, la política y el futuro desde
la perspectiva de personajes en la veintena, la mayoría universitarios, y sobre
qué hacer con tu vida una vez comienzas a vivir de manera independiente. Estas
cuestiones tan universales encontrarán sin duda su público entre aquellos
lectores que se han criado con novelas juveniles y que, habiendo pasado la edad
del público objetivo, empezaban a no sentirse tan conectados con ellas.
No obstante, el punto fuerte de esta novela son sus personajes. Variados y complejos, se presentan en diferentes capas
que se van descubriendo según avanza la novela. Álex, quien es presentado de
primeras como una carismática celebrity
superficial, evoluciona hacia un joven comprometido, reflexivo y valiente que
se enfrenta a una profunda homofobia interiorizada. Henry, el reservado
príncipe inglés de lengua afilada, se convierte en un emotivo joven presionado
por la monarquía y con una necesidad asfixiante de ser libre. Varios son los
momentos en los que los lectores podrán encariñarse con estos personajes y los demás
y sentirse identificados por las diferentes vidas que llevan cada uno.
Finalmente, es importante mencionar el efecto fanfic que tiene
esta historia. Para aquellos que desconozcan el término, los fan fiction son escritos de fans sobre
mundos ya inventados como Harry Potter
o Los Juegos del Hambre. Este tipo de
historias suelen tener algunos tópicos definidos que no siempre se veían en las
historias publicadas por editoriales, pero actualmente cada vez más se está
produciendo una contaminación que está mezclando ambas tendencias. Esto es
indudablemente positivo porque supone una revitalización de la literatura con
fórmulas nuevas e historias que antes sólo podían ser contadas en portales
online. En lo que se refiere a esta novela en particular, resultan muy curiosos
los paralelismos entre Henry y el actual duque de Sussex y seguramente los
lectores se diviertan mucho encontrándolos.
En conclusión, Rojo, blanco y
sangre azul se posiciona en el mercado como una novela refrescante en
muchos aspectos, divertida y entretenida. Ganadora en Goodreads de los premios de
2019 a la mejor novela romántica y mejor novela debut, estoy seguro de que
muchos lectores disfrutarán entre sus páginas y encontrarán en ellas una de
parte de sí mismos.
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