jueves, 29 de agosto de 2019

Hijos del ayer [Escribiendo]



«Lo mucho que cuesta hacer libre por las leyes a un pueblo esclavo por sus costumbres.»

«¿En dónde ve el pueblo español su principal peligro, el más inminente? En
el poder dejado por una tolerancia mal entendida.»

Mariano José Larra.

         Las palabras de este autor español prologan este segundo relato en Lektu. Conocido entre otras cosas por sus artículos políticos, estas citas dan entrada a uno de los temas principales de la historia, la política.
         ¿Pero qué es Hijos del ayer? Si te estás preguntando eso, tal vez deberías acceder al link de abajo y averiguarlo por ti mismo antes de leer esta reflexión sumamente spoilerosa.




“Vives en un mundo en el que tu existencia es ilegal. Te han descubierto. ¿Huyes o peleas?
        Un grupo de licántropos se refugia en Jericó, la ciudad de la luna, hasta que el gobierno del PVC les descubre y su mera existencia está en peligro. Este relato narra las últimas horas de la noche que cambiará las vidas de muchos de ellos: disputas, plegarias a dioses, amor y, sobre todo, caos. ¿Qué decisión tomará el consejo de la luna?
         Y es que a veces, en situaciones desesperadas, lo único que te queda por hacer es mostrar tu aullido.”

         
         ¿En qué contexto nace esta trágica pero familiar historia? El relato fue creado para la participación en la convocatoria de la antología mitológica de Hela Ediciones. Si bien la licantropía como figura principal fue elegida pronto, a veces las influencias del mundo real condicionan nuestra vida y así fue en este caso, puesto que por aquel entonces quedaba poco tiempo para las elecciones generales en España.
           Muchos son los jóvenes que se involucran en política estos días. Ante un futuro incierto, cada persona contribuye como puede a mejorar ese posible destino o lo canaliza de una manera diferente. No será difícil entonces entender la crítica realizada en esta historia, pues si bien no ganó en el concurso, sí se ha visto reforzada con cada nuevo titular que sale en los periódicos cada día.
         ¿Significa esto que es un ataque a personajes fácilmente reconocibles de la actualidad? No. Lo que ‘Hijos del ayer’ pretende es mostrar qué aguarda a diversas minorías, todavía hoy muy invisibilizadas (o que se empeñan en invisibilizar) si por supuesta tolerancia se da paso a los extremos. Es una historia de supervivencia, un aviso, que ya se puede ver en otros medios como la excelente serie de Russel T. Davies, Years and Years (totalmente recomendada).



         De esta manera, los temas que aparecen en esta historia son algunos básicos como el amor y la familia, pero también se da una enorme importancia a cómo es ese futuro distópico y lo que implica: terapias de conversión fallidas para aquellos que se salen de la norma y que no tienen ningún tipo de base científica; procesos de gestación subrogada que deshumanizan a cuantos se ven envueltos en ellos; la oligarquía de unos pocos frente a la esclavitud económica de los muchos; un capitalismo (ligado a esa oligarquía) en el que las zonas rurales desaparecen y los trabajadores emigran a la ciudad para enriquecer a los grandes empresarios.
        ¿Exagerado? Algunas de esas cosas no son nuevas en la historia de España o incluso de Europa.
       Independientemente de los ideales que cada persona tenga, valores fundamentales como los derechos humanos y la dignidad no deberían perderse nunca de vista ni utilizarse convenientemente para vender según qué campaña. Y lo mejor que se puede hacer para entender lo que nos rodea y adoptar una posición respecto a ello es leer, informarse y educarse. Pero, sobre todo, recordar la historia del mundo, los errores ya cometidos.
         El otro gran tema es la religión panteísta de los licántropos, acorde a la temática mitológica de la antología. No es de extrañar que, en un mundo donde aullar a la luna está normalizado, las leyendas se tomen por verdades absolutas. De esta manera, fue interesante realizar esa mezcla de linajes de los diferentes panteones (Lupa, Licaón, Fenrir…) así como mostrar parte de los ritos religiosos que este culto tendría.
         También se muestran las diferentes actitudes que la población puede tener ante la fe. Reflejo del mundo real, los diferentes licántropos, a pesar de saber que proceden de estas leyendas, adoptan desiguales posturas respecto a sus dioses, desde totalmente creyentes a ateos. Sin embargo, cuando el peligro acecha, el sentimiento de comunidad y fortaleza de confiar en un poder mayor permanece, haciendo de todos una gran familia.
      ¿Pero qué retos tuvo este relato como escritor? El primero, claramente apreciable, es el límite de palabras. La puesta en escena de los sucesos así como el desarrollo de los mismos son ambiciosos, invitando a explorar muchos recovecos. No son pocos los lectores que han deseado saber más y han formulado preguntas sobre el pasado de los mellizos, el futuro de los refugiados o incluso con el desarrollo de la escena política que se presenta. Tal ha sido esta curiosidad que ha dado lugar a nuevas ideas, que ya están apuntadas en la libreta como posibles spin-off y que amplíen lo que se narra en Jericó.
    Otra de las dificultades concierne a uno de los personajes más importantes del relato, Sigrid. Desde su génesis la evidencia de que alguno de los personajes principales moriría estaba ahí. Y, aunque historias como Canción de hielo y fuego parezcan decir lo contrario, los escritores no disfrutan matando personajes.
    Por ello, la decisión se tomó como explica Joyce: fría y analíticamente. ¿Quién es útil para guiar a los refugiados? ¿A quién seguirán más fácilmente? Es por ello que, si bien las encarnaciones de la medicina y la religión, Federico y Serpuhi respectivamente, están ahí, debe ser la líder de las misiones de rescate, la más poderosa, la que deba tomar la difícil decisión de dejar atrás a la única familia que le queda y mirar por su comunidad.
     Un último reto se presentaba y era cómo desarrollar a Licaón. Para aquellos que conocen su historia (en resumen: rey arrogante que provoca a los dioses y, según la versión del mito, sacrifica a sus hijos), esta figura no es precisamente popular. Aunque su leyenda le ha convertido en un dios, también repite su rol como padre. Y, como bien indica la propia sacerdotisa, su reputación como padre no ha sido olvidada.
     La idea era humanizar a una divinidad horrible, que ha comprendido sus errores, pero que no deja de ser un poder mayor y, como tal, arrogante. Un personaje agridulce, desde luego. Y, sin embargo, también capaz de seguir al grupo de su hija para defenderla de todo peligro, incluso sin que esta lo sepa. 
      En conclusión, espero que os haya gustado el relato y esta entrada. ¡No dudéis en comentarme vuestra opinión del relato o impresiones que hayáis tenido al leerlo! Para cerrar, os dejo esta viñeta que explica muy bien los límites de un concepto muchas veces malentendido hoy en día como es el de la “tolerancia”.