Ficha
técnica:
Título: Las mocedades de Rodrigo.
Autora: Almijara Barbero Carvajal.
Editorial: Cerbero.
Género:
Fantasía;
Histórico.
«La
vida de Rodrigo Díaz de Vivar, un caballerizo esmirriado en el apogeo de su
adolescencia, está a punto de cambiar radicalmente debido a una intervención
mariana de lo más atípica que pondrá su mundo patas arriba. Lo primero que
deberá hacer, junto a su corcel, Babieca, será convertirse en un afamado héroe
de leyenda.
Mientras tanto, en la corte, el reinado de Sancha I llega a su fin tras
presentar batalla a la taifa de Valencia. Urraca, su primogénita, heredera su
reino y el dominio de los reinos adyacentes como Emperatriz de todas las
Españas. Eso si sus cuatro hermanos, cada uno con sus propias ambiciones,
deciden apoyarla en su regencia.»
“Es una versión gay del Cid” fue la manera de presentarme esta obra.
Heredera del clásico y archiconocido Cantar del Mio Cid en la literatura
española, esta historia sirve como una suerte de precuela que pretende combinar
una mentalidad más moderna con la historia de estas nuestras Españas. Antes del
análisis, recomendaría visitar el perfil de Twitter de la autora (@Almijara_),
donde se encuentra un hilo con las licencias que se tomó a la hora de escribir
esta novela corta. Muy recomendado como material complementario a esta lectura.
Sin embargo, lo cierto es que la premisa con la cual me hablaron de esta
obra no le hace justicia, sobre todo porque la homosexualidad de Rodrigo no es
de los detalles más relevantes del personaje. Lo que hace
brillar a esta historia es la mezcla de elementos
clásicos, que como filólogo sin duda se aprecian enormemente, con un nuevo
punto de vista de personajes ya conocidos y que son escritos con una indudable
maestría.
De los primeros destacan la inclusión de una licencia y una fe de erratas, elaboradas por el editor,
que imitan a aquellas que se veían en la literatura de los siglos XI al XVII.
Si bien en un principio podrían parecer exactas a las originales, la escritora
da una vuelta de tuerca al incluir fragmentos tan ingeniosos como “Fecha de
Mansara, a veinte y seys días del mes de Junio, de dos mil y diez y nueve
años”. El hecho de que la fecha actual se presente con rasgos del español
antiguo como la confusión vocálica le da un carácter realmente logrado a esta introducción.
Elementos así también se encuentran en la fe de erratas, como la
confusión de “b” y “v” que se mantuvo en nuestro idioma hasta el siglo XV. Sin
embargo, estas particularidades se alivian al lector no especializado mediante
el tono paródico que predominará en la primera parte de la obra con muestras de
ingenio como la siguiente:
«En
el Colegio de la Madre de Dios de las Teólogas Descalzas y Medianamente
Arrepentidas de la Universidad de Alcala, en primero de Julio, de .2019. Años.»
Esta réplica del léxico de la
época será recurrente durante toda la historia con un carácter muy logrado. Una
tarea tan extremadamente difícil y con tan buen resultado sólo subraya la
entrega y capacidad de la autora. No obstante, la escritora rehúye de
estructuras y vocablos complicados que puedan dificultar la lectura y la hace
accesible a todo tipo de público.
Respecto a las innovaciones
temáticas y el tratamiento de los personajes, la obra destaca por condensar
en doscientas páginas de un libro de bolsillo lo que podría haber dado para una
trilogía mínimo. Si bien esto puede resultar decepcionante porque la calidad y
el contenido estaban ahí, no deja de subrayar la capacidad de síntesis de quien
lo ha escrito.
El enfoque feminista y LGBT+
está muy presente en la obra. El poder de las mujeres en la familia real podría
parecer gratuito o inapropiado viendo el contexto histórico, pero la lectura
resuelve inmediatamente estas cuestiones cuando presenta a personajes tan
grandiosos como Muniadona, Sancha, Urraca o Elvira. La cordura, fortaleza y
desenvoltura de estos personajes así como la coherencia con la que están
escritos resulta muy convincente y plantea la duda de cómo hubiera sido una
historia con más de estas mujeres. Y es que mucho se habla de Isabel La
Católica o Juana de Castilla, ¿pero cuántas reinas y princesas han tenido un
poder real en la historia del mundo y han sido borradas por ser mujeres?
Demasiadas.
También sería necesario incluir un apartado para Geperudeta, que debido
a su implicación en la historia no puede ser analizada como merece, pero que
cierra la historia consiguiendo que el lector sufra un giro de ciento ochenta
grados respecto a cómo se la percibe desde un principio.
La inclusión LGBT+ se realiza
principalmente en esta obra por medio de dos parejas. Si bien una es mejor
guardarla en secreto a los lectores (no se ve venir y es una maravilla), la
otra es la conformada por Rodrigo y Alfonso (sí, los mismos que en el Cantar
hacen de desterrado y rey).
Desde las primeras páginas ya se observa el romance entre ambos y,
aunque por las circunstancias de la historia no pasan juntos mucho tiempo, es
destacable la escena en que se despiden y se consolidan como una de las parejas
más logradas de la novela. Es un derroche de ternura y realismo que sirve de premisa
para el tono que mantendrá la obra después.
Todo esto sumado a un entorno en el que la masculinidad tóxica no existe y los hombres pueden llorar y sufrir,
ser los consortes y apoyar el reinado de sus esposas, consigue una obra digna
sucesora del clásico español al tiempo que llama lo une a la actualidad.
Sin embargo, la verdadera maravilla de esta obra en la evolución del tono con que se cuenta la historia.
Dividida en tres partes, se comienza con un tono paródico y cómico que
indudablemente arranca carcajadas a los lectores y promete una lectura ligera y
alegre.
Nada más lejos de la verdad, pues, según se avanza, un carácter oscuro
comienza a dominar en el libro, que durante la segunda parte se alternará con
el cómico para llegar a ser el dominante en la tercera. Esta evolución podría
responder al propio crecimiento de los personajes, que comienzan como jóvenes
inocentes y despreocupados que deberán madurar rápidamente ante la llamada de
sus respectivos destinos.
El camino del héroe así como el de la corte no es fácil ni sencillo y lo
que en un principio parecían dos historias independientes se unen en un final
sorprendente y desolador, que entronca con el clásico que lo precede.
La conclusión es que esta breve aunque prometedora novela es una lectura
muy recomendada para todo tipo de lectores, especializados o no, puesto que el
marco histórico es sólo una excusa para hablar de un problema universal:
¿Qué significa ser adulto?